La superficie de bacterias, virus y parásitos está recubierta por carbohidratos. Estos carbohidratos pueden ser detectados por receptores del hospedador, activando mecanismos de defensa. Por otro lado, muchos patógenos tienen unas moléculas denominadas adhesinas que se unen a carbohidratos presentes en la superficie de las células que infectan. Por ello, el desarrollo de compuestos que impidan la unión del agente patógeno a la célula hospedadora es una posible estrategia para combatir la infección y también para detectarla. Entre estos compuestos, se encuentran los anticuerpos anti-carbohidrato.
Neiker se encuentra en fase de desarrollo de este tipo de investigaciones.
En el laboratorio se pueden producir anticuerpos frente a microorganismos y/o moléculas de su superficie. La mayor parte de anticuerpos monoclonales que existen en el mercado han sido desarrollados frente a proteínas y muy pocos frente a carbohidratos. La baja inmunogenicidad y la gran similitud entre las estructuras de diferentes carbohidratos probablemente han contribuido a este hecho. Por otro lado, la mayoría de los anticuerpos monoclonales que existen son producidos en ratón a pesar de que el conejo presenta un repertorio de células B mayor lo que implica una capacidad para producir una mayor diversidad de anticuerpos.
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