Sebastián Martín
Veterinario Asesor Consultor de OVIverso - 609 04 75 83
14/01/2025La estabulación de los animales produce calor, humedad, gases nocivos (amoniaco, CO2…), partículas de polvo, carga microbiana, que en definitiva genera lo que podemos denominar un ambiente ‘viciado’, ‘contaminado’, que es necesario renovar constantemente para mantener el confort de los animales y salubridad de la instalación.
Los animales necesitan mantener un espacio suficiente, respirar constante aire sano, limpio y sentir confort térmico (temperatura y humedad adecuadas).
Así, los animales homeotermos, como es el ganado ovino, intercambian calor con su ambiente, y éste debe producirse en tal cantidad como para mantener su temperatura interna relativamente constante (termoneutralidad). Para los corderos lechazos sus necesidades térmicas ambientales podríamos fijarlas entre 13-20°C en los primeros días de vida y, entre 10-18°C, hasta las tres primeras semanas (Tabla 1) que dura aproximadamente el ciclo productivo en la lactancia artificial. Por debajo de estos rangos, los corderos ‘sienten frío’ sensación que además puede verse agravada si la humedad relativa del ambiente es elevada (Figura 1).
Por ello, se ha definido un índice de estrés térmico, denominado THI (siglas por su denominación en inglés: temperature-humidity index), para englobar ambos parámetros y nos indica el nivel de confort o disconfort (estrés térmico) que sufren los animales, en nuestro caso los corderos lechazos (Tabla 2).
El estrés térmico es un factor en contra del bienestar ambiental de los animales siendo una reacción que ocurre como resultado de la incapacidad del animal para enfrentarse a factores que alterar su termorregulación, en este caso por exceso de frío. Con temperaturas ambientales bajas, por debajo del confort térmico (THI en verde, entre 54 y 61), parte de la energía que adquiere por su alimentación la destinará a subir su temperatura corporal disminuyendo el índice de conversión, en este caso de la leche maternizada. Los animales incrementan por tanto el consumo para conseguir la energía que necesitan para mantener su temperatura corporal empeorando por tanto su engorde/crecimiento y, en definitiva, limitando la rentabilidad de esta producción.
Dicho de otra forma, conseguir un ambiente donde los corderos destinen todo su consumo alimenticio a crecer y engordar, es la forma más rentable de realizar la lactancia artificial.
Denominamos climatización al conjunto de factores que influyen en la correcta ventilación de un alojamiento y el mantenimiento del control térmico ambiental en el mismo. Los objetivos que nos debemos plantear en la producción de corderos lechazos en lactancia artificial en invierno son:
Y para conseguir estos objetivos, deben atenderse estas necesidades de climatización en las naves destinadas a la lactancia artificial:
Además, este sistema de ventilación se complementa con elementos de climatización para adecuarse, en cada época del año, a las necesidades de temperatura de los animales albergados (Tablas 1 y 2):
Los beneficios que aporta este sistema permiten alcanzar los objetivos citados (apartado 2.-) al mantener un flujo constante de aire limpio y atemperado sobre los animales, difundido de forma homogénea en toda la nave, sin corrientes ni zonas muertas de ventilación.
Además, la sobrepresión del aire entrante permite la salida natural del aire viciado/contaminado por los elementos de ventilación vertical de la instalación (caballetes o chimeneas, Esquemas 1-4). Este efecto también permite la reducción de la carga microbiana del ambiente limitando la incidencia de las patologías del aparato respiratorio: menor mortalidad, reducción en el uso de antibióticos y mejora en el crecimiento.
El atemperado del aire entrante en la presala (Esquemas 1-4), muchas noches por debajo de 0 °C en nuestras ubicaciones en invierno, utilizando una única fuente de calor que previamente habremos calculado, permite la regulación de la temperatura y humedad (Figura 1) de la sala nodriza manteniendo a los animales en condiciones de confort térmico (Tabla 2). Esto permite optimizar correctamente el gasto en energía y conseguir un ambiente totalmente homogéneo en toda la nodriza, hecho que garantiza el bienestar ambiental de los animales.
Además, el sistema está totalmente automatizado mediante un panel de control que adecuada, por un lado, el rendimiento del ventilador (mayor o menor flujo de aire entrante) y, por otro, el uso de la fuente de calor (mayor o menor tiempo de funcionamiento al día) en dependencia de la temperatura que haya en cada momento en la sala nodriza.
Oviespaña, noticias diarias sobre el mercado nacional e internacional del ovino, investigación ganadera, alimentación y sistemas de manejo.