Cruz Crespo Luengo
Veterinaria e integrante de la Junta Directiva de Avoccyl
El desarrollo normativo de medicamentos veterinarios y uso responsable de antibióticos, con los informes de consumo, provocan que los veterinarios tengan que prestar más atención en la prescripción para ayudar a evitar las resistencias antimicrobianas.
El examen clínico es obligatorio para los veterinarios prescriptores, con una serie de excepciones, como por ejemplo en determinadas patologías frecuentes en la explotación en las cuales sea el propio veterinario de explotación quien determine que la enfermedad está presente en la explotación y está contemplada en el plan sanitario integral, o bien que el veterinario prescriptor haga un seguimiento continuado de la explotación durante 6 meses y pueda acreditarlo con un registro de visitas, o bien que haya una vigilancia sindrómica en la explotación por el veterinario prescriptor y pueda demostrarse ese seguimiento. Otras excepciones para realizar recetas veterinarias sin examen clínico son los planes reproductivos y vacunales.
Se deben usar los antimicrobianos de una forma racional. Anteriormente solía bastar con hacer un diagnóstico y elegir un antibiótico de primera elección que generalmente, funcionaba. En la actualidad, ese tratamiento con antibióticos de primera elección, frecuentemente, no funciona por las resistencias y debe acudirse a una segunda elección. Para justificar el uso de lo antimicrobianos tenemos que llevar a cabo un análisis en el laboratorio, como mínimo un cultivo y un antibiograma, que deben adjuntarse a la receta.
Tras el análisis de la muestra en el laboratorio, se deben establecer unas medidas correctoras. Y si es preciso, se debe prescribir un medicamento.
La prescripción tiene una serie de pasos: toma de muestra, preparación de la muestra, envío de la muestra, resultado de la muestra, propuesta de receta (es complicada en ocasiones en ovino por la falta de medicamentos y las prescripciones excepcionales, se debe hacer la identificación de los animales y debe prescribirse el tamaño mínimo del envase), hoja de pedido del ganadero a la comercial (puede haber ausencia de un medicamento y comerciales que distribuyen unos medicamentos pero no otros), firma de receta por el dispensador y el veterinario (realizado en la mayor parte de los casos mediante certificado electrónico), recogida del medicamento(a veces gran distancia, hay que recurrir a agencias de transporte).
Ejemplos de envíos de muestras
Existe un vacío terapéutico total de antiinflamatorios en ovino, un gran vacío terapéutico de antimicrobianos, por lo que hay una necesidad mayor que en otras especies de realizar prescripciones excepcionales.
Por lo tanto, los tiempos de espera se multiplican, por lo que es importante evitar tenerlo en cuenta por la responsabilidad que se adquiere con la preescripicion excepcional. También se debe tener cuidado con el aumento del consumo de antimicrobianos debido a las dosis no ajustadas al ser medicamentos indicados para otras especies. Ejemplo cánulas de secado.
Por último, aumenta el tiempo de elaboración de recetas.
La mayor parte de los antibióticos del grupo D presentan resistencias en ganado ovino. Aparecen resistencias en el grupo C, por lo que se deben usar con cautela, mientras que en el grupo B de uso restringido, que sólo se deben usar con antibiograma, también aparecen algunas resistencias.
También existen resistencias antihelmínticas a los benzimidazoles.
En ocasiones, hay antimicrobianos de primera elección que se muestran como resistentes en el laboratorio, pero nos funcionan. Es decir, se envía la muestra para ir adelantándose a los acontecimientos, pero se comienza a tratar antes y funciona. También puede ocurrir lo contrario: los microorganismos se muestran sensibles en condiciones de laboratorio y ese principio activo no funciona en condiciones de campo.
Es una herramienta al servicio del veterinario prescriptor. Los medicamentos veterinarios en ovino que no funcionen o que causen más perjuicio que beneficio deben ser notificados a farmacovigilancia.
La falta de eficacia es el acontecimiento adverso cada vez más frecuente por la aparición de resistencias del microorganismo al principio activo. La comunicación de esa falta de eficacia a farmacovigilancia es obligatoria, cumpliendo únicamente uno de los siguientes tres requisitos mínimos: basada en resultados laboratoriales, no remisión de sintomatología o por una evaluación científica contrastada por un veterinario. El plazo de comunicación máximo es de 15 días.
Es importante que los veterinarios comuniquen a farmacovigilancia, ya que sirve como justificación para poder usar otra categoría en el caso del uso racional de antimicrobianos.
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