La lengua azul es una enfermedad que cada vez está más implantada en varios países del continente europeo, debido a la actividad de los vectores por el aumento de temperatura. En este contexto, el trabajo de Syva se manifiesta como fundamental para mantener el control de los diferentes serotipos de la enfermedad, e incluso conseguir la erradicación en determinadas circunstancias.
La lengua azul es una enfermedad vírica que afecta a rumiantes, domésticos y silvestres. Con una característica diferencial muy importante, se trata de una patología infecciosa pero no contagiosa que se trasmite por vectores, concretamente por unos dípteros del género Culicoides. Si no se infectan estos vectores, no hay enfermedad, por lo que las condiciones climáticas son claves para entender la difusión y la distribución de la lengua azul. Está bien implantada en todos los continentes y se han descrito 24 serotipos, sin que en principio se observe inmunidad cruzada entre ellos. Hasta apenas dos décadas, la lengua azul era una enfermedad considerada ‘tropical’ en Europa, pero la evolución de las temperaturas medias y el calentamiento global ha condicionado su presencia en el continente, por lo que a día de hoy podemos considerar la lengua azul como endémica en buena parte de Europa.
Las consecuencias directas, vinculadas a la clínica, van a estar relacionadas con el serotipo como indicamos con anterioridad. Como ejemplo, en el caso de Países Bajos en 2023 con la entrada de serotipo 3, supuso un impacto socioeconómico importante en el sector. Sólo en Países Bajos se han estimado pérdidas de 175 millones de euros, con 55.000 muertes en ovino, un 7,6% del censo total. En el caso de serotipo 4, hablamos de repercusiones clínicas menores, si bien se vincula a trastornos reproductivos como abortos, reabsorciones y algunas muertes. Desde luego, si hay que destacar un perjuicio económico sería la restricción de movimientos para evitar la diseminación a otras zonas geográficas, como respuesta a los focos en una región determinada. En la literatura se han presentado varias estimaciones de morbilidad y mortalidad, aunque el impacto de la enfermedad en la producción no estaba bien documentado hasta el brote europeo de serotipo 8 en 2006-2008. Inicialmente, los estudios se centraron en modelos económicos para estimar el impacto de supuestas medidas de control. Estudios posteriores dieron estimaciones empíricas sobre el impacto en la mortalidad, la producción de leche y la fertilidad. En 2007, las estimaciones globales sobre el impacto financiero en Francia y los Países Bajos fueron de 1.400 millones de dólares y 85 millones de dólares, respectivamente. Los costes se atribuyen en gran medida a las restricciones comerciales que estuvieron presentes durante el período del brote.
La vacunación ha demostrado ser una herramienta eficaz para el control y, en muchas ocasiones, la erradicación de serotipos de lengua azul en España y en Europa. El seguimiento del programa nacional de erradicación y control de la enfermedad en España es una buena muestra de ello: erradicación del serotipo 1 en 2002, erradicación del serotipo 4 en Baleares, en 2009 y 2023, erradicación del serotipo 8 en 2013 y 2020. Aunque quizá el principal beneficio sea actualmente la ‘paz comercial’ adquirida para llevar a cabo movimientos de animales, tanto dentro del país como a países de Unión Europea y terceros. La vacunación en España es y será clave en el futuro cercano, debido a la mayor presión de vectores, la presencia de animales silvestres virémicos como portadores, así como la circulación del virus de la lengua azul en países europeos, no solamente en el norte de África.
La historia de Syva en la lucha contra la lengua azul es una historia de compromiso con la sanidad animal en Europa, desde las primeras vacunas inactivadas de serotipo 4 en 2006 hasta la autorización EMA como vacuna multicepa de SYVAZUL BTV en 2019. Durante el grave brote del serotipo 3 en Centroeuropa, tras una llamada a la acción a nivel europeo por parte de AnimalHealthEurope, desde Svva decidimos rápidamente dar un paso adelante y priorizar el desarrollo de una vacuna frente a BTV3, asumiendo un esfuerzo extremo para llegar a la vacunación en el campo antes del verano de 2024. Tras unos meses de intenso trabajo por parte de varios equipos (I+D, ensayos clínicos, regulatorio, producción, etc.) la vacuna fue aprobada por las autoridades neerlandesas y belgas para uso de emergencia en ambos países en virtud del artículo 110 (2) del Reglamento (UE) 2019/6. A día de hoy, la vacuna se está aplicando en ovejas y vacas para prevenir los síntomas y la mortalidad asociada a la infección por serotipo 3 de la lengua azul. Sin duda, esta rápida reacción contribuirá a controlar la difusión de la enfermedad en Países Bajos y Bélgica, evitando una situación epidémica en las áreas limítrofes del continente europeo de forma inminente, y a medio largo plazo incluso en España.
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