Informe de la situación epidemiológica mundial de la lengua azul

La lengua azul tiene una distribución global importante en regiones donde el insecto vector (los mosquitos de la especie ‘Culicoides’) está presente, incluida África, Asia, Australia, Europa, América del Norte y varias islas de los trópicos y subtrópicos. El virus se mantiene en áreas donde el clima favorece la supervivencia de los mosquitos al invierno, según señala el último informe realizado sobre esta enfermedad por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) titulado ‘Actualización de la situación epidemiológica de la lengua azul’.

En general, los ovinos de las áreas donde la enfermedad es endémica tienen una resistencia natural a la lengua azul. El informe señala que los focos aparecen cuando se introducen ovinos susceptibles, en particular, las razas europeas, en las áreas endémicas, o cuando el virus es introducido en una región en particular por el desplazamiento en el aire de ‘Culicoides’ infectados. El episodio de la enfermedad generalmente coincide con un incremento de la actividad del vector durante los periodos de temperatura alta y lluvias, y una remisión con la primera helada o condiciones de frío intenso.

Respecto a Europa, las zonas donde se había registrado la enfermedad de forma tradicional estaban localizadas en el sur del continente, concretamente en la cuenca mediterránea, donde habían sido identificados los serotipos 1, 2, 4, 9, 10 y 16, hasta que en agosto de 2006 se declaró el primer brote de lengua azul por el serotipo 8 en los Países Bajos, lo que supuso la localidad más al norte donde se haya diagnosticado. Los focos posteriores en otros países de Europa septentrional tienen en común los siguientes factores epidemiológicos: latitud norte, signos clínicos en los bovinos y prevalencia regional del insecto vector capaz de soportar los inviernos europeos.

En el caso de España (foto adjunta), tras los avances obtenidos en el programa de vigilancia y la campaña de vacunación que se viene aplicando en España, las zonas de restricción han sido modificadas en enero de 2020, demostrando el requisito de ausencia de circulación del serotipo 1 y 4 del virus de la lengua azul durante un período mínimo de dos años, con dos estaciones de actividad del vector.