Los países del G7 adoptaron este lunes una carta no vinculante en la que se comprometen a defender la biodiversidad, dentro de una reunión preparatoria en Metz (este de Francia) para la cumbre que se celebrará el próximo agosto en Biarritz (sur).
En el texto, los ministros de Medio Ambiente de Francia, Canadá, Alemania, Estados Unidos, Italia, Reino Unido y Japón reconocen "los vínculos entre la protección del medio ambiente, el crecimiento económico y las desigualdades", así como que "los más pobres dependen de forma desproporcionada de la biodiversidad".
Su aprobación coincidió con la presentación en la Unesco del informe de la Plataforma Intergubernamental en Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES), que dio la voz de alarma: un millón de especies animales y vegetales se encuentran en riesgo de extinción.
En su estudio, expertos de 50 países alertaron de que el ser humano es responsable de esta alteración y de que, a menos que haya un cambio radical en los métodos de producción y consumo, la extinción de especies puede ser masiva en las próximas décadas.
"Conscientes de nuestro papel y de nuestra responsabilidad (...), reconocemos la necesidad de medidas transformadoras, a la altura del desafío mundial que plantea la biodiversidad, y estamos decididos a asumir nuestra parte de la tarea", señala la carta firmada por el G7.
Sin embargo, el documento no escapa a las divergencias mostradas por la mayor economía del mundo, Estados Unidos, desde que llegó Donald Trump a la Casa Blanca.
Para sacar adelante un texto consensuado, los otros países aceptaron el punto 26 que dice que "EE.UU. reitera su intención de retirarse del Acuerdo de París (sobre el clima) y reafirma su firme voluntad de promover el crecimiento económico, la seguridad y el acceso energéticos, y la protección del medio ambiente".
Tras recibir a los expertos del IPBES en el Palacio del Elíseo, el presidente francés, Emmanuel Macron, se sumó a los anuncios con una comparecencia improvisada ante la prensa en la que afirmó que "la biodiversidad es un tema tan importante como el cambio climático y hay que actuar para invertir la tendencia"
Macron recuperó varias iniciativas de Francia para luchar en ese campo como declarar el 30 % de áreas marinas y terrestres como protegidas antes de 2022 o reducir a la mitad el uso de fitosanitarios para 2025.
El presidente francés reclamó "un cambio de modelo en alimentación, que incluya una mayor lucha contra el despilfarro", así como un modificación en la producción de alimentos, que incluya "reorientar las ayudas y gravar los comportamientos inapropiados".
También instó a su país a mejorar la preservación del suelo y a luchar contra la generación de residuos.
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